jueves, 8 de abril de 2010

El Amor...

Amor, divina palabra que esta perdiendo su encanto. En mis tiempos soñabas con la ilusión de entregar a la persona amada los primeros besos, las primeras caricias. Habías encontrado la pareja con la cual compartes el inicio de tus anhelos amorosos, perdonandote lo que crees roza el pecado. Tenias un límite, era el mismo para todos, pocos se pasaban esta barrera, unos por respeto, otros por convencimiento, muy a pesar suyo frenaban sus impulsos. Había que soportar un eterno noviazgo acompañado de un servicio militar que parecía eterno, aguantando los calentamientos propios de los abrazos y caricias. Este límite estaba previsto superarlo el día más feliz de tu vida, la noche de bodas. Era como un ritual, tenías que soportar las bromas de tus amigos mientras sonaba el pistoletazo de salida del inicio de tu vida sexual. Pero los novios no se conocían del todo, faltaba su convivencia en común y su entendimiento en la cama. Por este motivo algunos matrimonios se separaban o se soportaban de por vida.
La vida era muy monótona, las novedades tardaban en llegar, pero el ritmo de vida se fue acelerando, la juventud se rebeló contra los tabues del amor, ¿ porque esperar al matrimonio ?, llegar a los veinte y tantos con calenturas. Las jovenes que habían sido el freno a las pretensiones ardientes de sus aspirantes a marido se dejaron seducir hasta los límites impensables. Ellos los machistas que exigían ser los primeros en deshacer la margarita perdieron su poderío en favor de la mujer. Nació el amor libre entre los novios, estos llegaban a sus casas más refrigerados. Si había entendimiento de pensamiento y de obra amorosa anticipada el éxito en el matrimonio estaba asegurado.
Pero no todos los noviazgos llegaban al matrimonio, algunos se rompían con amores consumados dejando la veda abierta. Con el machismo vencido y la mujer liberada los noviazgos pasajeros estaban al orden del día, los novios no se soportaban con la firmeza de antes, pero fue bonito mientras duró, la satisfacción era plena.
Esta evolución llegó a una desconfianza mutua, el hombre animal feroz que siempre busca a su presa la encuentra facilmente, la mujer dificilmente encuentra el amor con que siempre ha soñado, el hombre tampoco, aparece el aquí te pillo aquí te mato, o lo que es lo mismo, en tu casa o en la mía. Se ha cambiado el amor por el sexo. Como decía una amiga mía, el mercado está muy mal.
Será que Eros, el dios del amor, esta enfadado y retrasa su llegada. No perdamos la esperanza, el amor para siempre nos llegará, es entonces cuando hemos de recibir y entregar cada día todo el amor acumulado.
Amor divina palabra que me haces tan feliz, no desaparezcas nunca, une para siempre a las parejas, a las famílias, para lo bueno y para lo malo.



1 comentario:

Maria Rosa dijo...

Como siempre leyéndote, disfruto. Me siento superorgullosa de tener a la familia una persona tan valiente, con esa riqueza interior tan impresionante, intentar de disfrutar en cada momento, eres un ejemplo de superación. Me alegro que hayas encontrado este camino de comunicar tus experiencias tan enriquecedoras, sacar lo que uno lleva dentro.
Sigue luchando y haciendo las cosas que te gustan, junto a las personas que te queremos.

Gracias por hacernos reir con tus ocurrencias, gracias por muchas razones.

Un abrazo grande.