martes, 7 de octubre de 2008

Mirando el mar soñé.....

Estaba el pasado mes de julio en la Manga del Mar Menor celebrando el aniversario de un familiar en un típico restaurante de ambiente marino. Tomábamos el aperitivo cuando vi entrar a varias personas, entre ellas un chico de mediana edad en una silla de ruedas, lo colocaron en la mesa de al lado justo frente a mi. Desconozco el motivo de su malformación, sus piernas no le respondian pero sus manos aunque torpemente las utilizaba, su cuerpo era el de un hombre con la estatura de un niño de 12 años. Nos miramos a los ojos como si nos saludásemos, su mirada fué retadora, como si me dijese: de que te sorprendes, tu y yo somos iguales es cuestión de tiempo, seis meses, un año o quizas un poco más, pero al final te enpujarán como lo hacen conmigo. Le sirvieron la comida, torpemente cortaba la carne y la acompañaba a su boca. Volví a mirarle, su mirada era mas bien irónica, como si me dijese: aunque mal puedo comer por si solo, a tí te la tendran que dar como si fueses un bebé. Se fueron antes que nosotros, cuando me di cuenta ya no estaba, que pena aunque solo con la mirada me hubiese gustado despedirme.
Habíamos comido bastante, con lo cual decidimos cenar ligero y por la noche andar por todo el paseo y al final tomarnos un helado. Cuando regresábamos en la oscuridad de la noche en un rincon solitario de la playa ví la imagen de una silla de ruedas y sentado en ella estaba la persona del restaurante, solo, mirando el mar plateado por la luz de la luna.Me acordé que algunas veces en mis viajes de trabajo me había sentado mirando el mar, solo, pero mirando el mar soñaba, recordando mi juventud, mi familia, soñando mi futuro, mi jubilación, siempre soñando hasta que se apagaba el purito. Lo soñaba casi todo, excepto la ELA, ha entrado en mi vida sin pedir permiso.
No se como te llamas, te has hecho mi amigo, te deseo que mirando el mar sueñes en todo lo bueno que te ha sucedido en la vida, lo malo viene cuando menos te lo esperas.
Sueña, sueña, que no hay nada más triste que mirar el mar y solo ver agua.