domingo, 17 de noviembre de 2013

Las llaves...


A veces le damos poca importancia a cosas que nos acompañan todos los días de nuestras vidas.

A lo largo de mi vida he convivido con varias llaves teniendo cada una de ellas su historia y sus recuerdos.

Cuando mis hijos eran bebés recuerdo el manojo de llaves de plástico con diferentes colores cuyo ruido les divertía y al morderlas les apaciguaba el dolor de sus encías por la aparición de sus primeros dientecillos.

Igualmente me quedó en mi mente el muñeco de plástico que al darle cuerda andaba y movía su cuerpo. Una vez al darle cuerda la cabeza de la llave se rompió dejando en su interior los dientes de la llave que nunca más volverá a andar, igual que nuestra columna vertebral ha roto la comunicación entre nuestro cerebro y las motoneuronas dejando nuestro cuerpo sin movimiento.

Aquel tren de hojalata que con una llave encogía el muelle para enganchar la máquina al resto de los vagones haciendo correr el tren en las vías de hierro.

Nos hacemos adultos y nuestros padres nos demuestran su confianza dándonos la llave de nuestra vivienda. Con esta llave presumimos de ser hombrecitos.

Llega la llave invisible del amor, que abre nuestros corazones y permanecen abiertos hasta que el destino los cierren.

Uno de nuestros juguetes más apreciados es la llave del primer coche, de segunda mano, no se podía más, por su tubo de escape salía humo blanco indicando que el motor necesitaba una reparación. Este coche fue testigo de nuestras primeras palabras de amor en la oscuridad de la noche.

El casado casa quiere y con ella la llave que nos permitió una nueva vida y a pesar que han continuado otras llaves el hogar es el mismo.

Queda pendiente la llave del pequeño apartamento de madera que nunca más se volverá a abrir, incinerándose cuyas cenizas quedarán para la eternidad.

De todas las llaves la que más aprecio es ésta que todas las mañanas me despierta al abrir la puerta que comunica al jardín. Abro los ojos y oigo el murmullo del aire que expulsa la mascarilla que me permite respirar dándome cuenta que estoy vivo. A continuación las palabras "buenos días cariño" y el primer beso del día.

Sin lugar a dudas ésta es la llave de mi vida.

ELA más que una enfermedad es poesía,

E-eres mala muy mala
L-la vida me quieres quitar
A-aunque no lo vas a conseguir

Os quiero