martes, 20 de mayo de 2008

El tren de las 10 horas y treinta minutos ...

Uno de los ejercicios fisicos que me propuse fué andar dos horas cada día. Salgo de mi casa sobre las nueve de la mañana, tengo varios itinerarios, posiblemente mi preferido sea subir por la carretera hasta el puente de Esplugas, continuar por la ciudad satélite, bajar hasta el Parque de Can Mercader, El Corte Inglés, Avda. Ferrocarriles Catalanes, el castillo de Cornellà y de nuevo en mi casa. Para llegar al parque hay que bajar por la torre de la Miranda por unos jardines paralelos a la via del tren, por cierto no hay ninguna valla metálica de protección, hay personas que de una forma temeraria cruzan las vias, más de una vez el tren les pita anunciandoles su presencia. Cuando coincidimos, él por su via y yo por mi camino, se siente el viento como si te quisiera atraer y uno piensa, que rápido.
Hay quien me aconseja que escuche música, pero no, mientras camino mi mente no para de pensar, en el ayer, en el hoy, en el futuro, en vivencias de mi vida, en mi familia. Que gran familia tengo, todos me dan su apoyo, su ánimo, cada uno de una forma distinta pero todos con el mismo cariño, saben lo que tengo, no me lo recuerdan para no entristecerme, pero me transmiten en silencio que cuando llegue lo peor todos estaran conmigo.
Que gran familia, por ellos debo luchar hasta el final, vencer a la enfermedad si es posible, se lo merecen. Debo vivir para ellos, porque ellos viven para mí.
Pasa de nuevo el tren, que rápido...
Que gran familia tengo...

2 comentarios:

jc dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Karpa l'àlies de: Pepe Carrión