domingo, 28 de julio de 2013

Vacaciones...


Ha llegado el verano y con él las esperadas vacaciones.

Para muchos, demasiados, llevan meses y años con un destino común, el paro. Algunos de ellos ya han agotado la prestación del paro y también muchos han dejado de cobrar la ayuda familiar.

Para subsistir han tenido que acudir a las ayudas de los bancos de alimentos y los comedores sociales. No acaban aquí sus desgracias ya que nuestros amigos los bancos les han desahuciado su vivienda. Cómo última alternativa han tenido que ir a vivir con sus padres, subsistiendo con la precaria paga de los ancianos. Pidiendo a Dios que los mayores vivan muchos años porque después de ellos la vida entraría en un vacío irreversible.

Aunque la sociedad los ha marginado les aconsejo que tengan la fortaleza de insistir en buscar trabajo, se les cerrarán muchas puertas pero nunca pierdan la esperanza de que hay una abierta esperando cruzarla.

Aunque parece un cuento irreal hay muchas personas que están sufriendo esta situación.

Este año yo tengo previsto irme de vacaciones a una pequeña isla de un metro cuadrado con cuatro patas. Ante mi imposibilidad le pido a mi lazarillo apriete el botón con el cual su respaldo se extiende levantado las piernas. Me veo sentado en una tumbona de playa dejándome acariciar por los rayos de sol, escuchando la música de las olas del mar. Noto en mi piel las salpicaduras y el escozor del agua salada del mar recordando nuestras primeras vacaciones en la playa de l´Estartit.

La otra mitad de mis vacaciones las pasaré en la montaña respirando el aire puro sentado bajo un pino viendo como el verde de su copa se mezclan con el azul del cielo. Me sumergeré en mi piscina cuyas aguas cristalinas se embellecen con el azul de sus paredes.

Estoy pasando unas felices vacaciones a las que Doña ELA no me puede privar.

Abro los ojos y observo por la ventana mi limonero y mi limón.

Ya estoy planeando mis vacaciones para el año que viene.

Os quiero